Por Margarita Bernal


Publicado en la revista Luxury.

Jacques Torres se ha convertido en el chocolatero más famoso de Nuevo York, endulzando con su magia a una ciudad que no se deja sorprender fácilmente.

Jacques Torres siente la misma pasión por el chocolate que Willy Wonka, ese excéntrico personaje de ficción. Pastelero de profesión, trabajó durante 12 años en el prestigioso restaurante Le Cirque en Nueva York, donde tuvo la oportunidad de dar rienda suelta a su imaginación creando postres a la altura de obras de arte, tanto así que eran el centro de atención de los clientes, haciendo que la experiencia de comer en este lugar fuera excepcional.

Pero como a muchos les ocurre, por más éxito que tuvieran sus creaciones, algo le faltaba para ser completamente feliz. Aunque amaba su vida de pastelero en Le Cirque, sentía que cada vez disfrutaba más del chocolate. Primero se interesó, luego se apasionó y, finalmente, como él dice “se obsesionó”. Por eso, desde hace más de diez años decidió aventurarse y dedicarse únicamente al chocolate, convirtiéndose al chocolatero más famoso de Nueva York

Se hace llamar Mr. Chocolate, y con toda la razón, pues este francés de nacimiento con raices españolas, ha cumplido el sueño de todo niño, vivir su vida rodeado de los aromas y sabores de esta enviciadora golosina. Una pastilla de chocolate, puede ser más efectiva que ir al psiquiatra, así que para el chef Torres, el mayor placer de su profesión es ver la sonrisa de las personas que entran a sus tiendas transportadas por el olor que invade el lugar. Científicamente está comprobado que comer chocolate es bueno para la salud, bueno para el humor, levanta el ánimo, es un estimulante natural, y cuando se está enamorado, todas estas propiedades se potencian haciendo que las personas se sientan mas felices y llenas de amor, por esto ha sido considerado un excitante afrodisíaco.

El éxito de este dulce chocolatero, no solo radica en que es complemente feliz con lo que hace, sino que además tiene una filosofía que enaltece su profesión: trabaja únicamente con los mejores ingredientes, selecciona las mejores semillas de cacao, las frutas más frescas y maduras, y todo lo que requiere para que sus chocolates sean catalogados como excepcionales. No ahorra en esto pues cree firmemente que si se es tacaño en los ingredientes el resultado final será de baja calidad.

El producto estrella de Jacques y por el que ha ganado gran cantidad de fervientes admiradores es su chocolate caliente a la taza, considerado un verdadero best seller: preparado con verdadero chocolate, cremoso, espeso, humeante, viene en dos presentaciones el normal y otro que es aromatizado con canela, chile ancho y chile chipotle ahumado una verdadera explosión de sabores.

Con la idea de conocer los orígenes y la tradición de combinar el cacao con especias, Jacques viajó a Oaxaca en México y durante su estadía compartió la experiencia de las mujeres de Teotitlán en estas combinaciones, descubriendo que lo que para él era completamente nuevo, para los mexicanos forma parte de su historia. De esta manera perfeccionó su conocimiento y creo su famoso y único wicked hot chocolate.( chocolate perverso).

Y es que para Jacques las combinaciones y mezclas que hace en sus chocolates son un tema serio, ya que cree firmemente que se debe fallar muchas veces y aprender de los errores para lograr una combinación exitosa. Pero finalmente el que manda y decide es el cliente, si un chocolate no tiene el resultado esperado por más que para el chef se una delicia, no tiene problema en retirarlo de su vitrina y seguir ensayando nuevos sabores; y dice “Debo recordar que siempre estoy creando, es importante entonces divertirse y tener paciencia”.

Cabe destacar que Jacques Torres realiza todo el proceso de fabricación del chocolate en sus tiendas, desde las selección de semillas de cacao que procesa, tuesta y muele, mezclando con azúcar y demás ingredientes hasta obtener la perfecta pasta de chocolate que usara para sus diferentes bombones. Lo más maravilloso es que su fabrica esta a la vista de los clientes, quienes se sorprenden de ver el trabajo tan dedicado y perfeccionista de Mr. Chocolate, el chef que ha endulzado con su magia a una ciudad que no se deja sorprender fácilmente.