Giuseppe Verdi

El célebre maestro italiano Giuseppe Verdi, compositor de 28 óperas, entre ellas “Aída”, “Rigoletto” y “La Traviata”, nació el 10 de octubre de 1813,  hace  más de 200 años.

Comparto algunos bocados relacionados con su pasión por la buena mesa, los vinos y los amigos. Buen Provecho:

“Verdi no es goloso, sino refinando; su mesa es francamente agradable, es decir, magnífica y sabia. Verdi no come demasiado ni es difícil complacerlo. Se siente bien sentado a la mesa como todos los hombres sanos, sensatos y sobrios, pero ante todo le gusta que irradie a su alrededor el júbilo agudo y sincero que acompaña y sucede a las buenas y exquisitas comidas: es un hombre disciplinado y, como tal, cree que toda función de la vida debe tener su momento de esplendor; es un artista y, como tal, considera con razón que la comida es también una obra de arte”. -Giuseppe Giacosa con ocasión del jubileo artístico de Verdi, en 1889.

Giuseppe Verdi, de origen modesto y campesino, como tantos otros compositores de ópera venía del pueblo. En su obra refleja las pasiones, dolores y alegrías de la gente con la que creció, todos hombres y mujeres humildes. No obstante, le gustaba frecuentar los salones lujosos y aristocráticos de Paris o Milán.

Poco iba a los lugares abarrotados de gente, prefería los lugares discretos, evitando a toda costa las comidas pantagruélicas, era exigente en la mesa y adoraba la champaña.

Receta de Verdi para cocinar espaldilla de cerdo

Antes de ponerla al fuego, hay que quitarle la sal, es decir, dejarla un par de horas en agua tibia. Después se pone al fuego dentro de un recipiente con agua. Debe hervir a fuego lento durante seis horas, y luego la dejarás que se enfríe en su caldo. En cuanto esté fría, o sea unas veinticuatro horas después, sácala de la olla y sécala: entonces ya puedes empezar a comer…

En esta carta que escribe su mujer Giuseppina Strepponi, con las exigencias del músico para un viaje a San Petersburgo, se conocen algunas de sus aficiones culinarias:

“Verdi dice que ha cometido un error al firmar este contrato, porque lo obliga a trabajar y, por lo tanto, a sudar excesivamente en verano y luego a pasar demasiado frío en invierno. ¡Harán falta los tallarines y los macarrones bien preparados para recuperar su buen humor en medio del hielo y los abrigos de piel¡

Nos quedaremos en Rusia unos tres meses y comeremos cuatro, dos amos y dos criados. Podrías conseguir para nosotros, las provisiones de los siguientes productos: macarrones, queso y embutidos. En cuanto al vino, he aquí el número de botellas y las cantidades que Verdi desearía:
100 botellas de Burdeos Piccolo para comer
20 botellas de Burdeos fino
20 botellas de Champaña”

Cómo se puede notar, Verdi tenía especial preferencia por  los licores franceses. Era un gran amante y degustador de los vinos y algunas veces reflejaba este gusto en su obra. Precisamente la Traviata, tiene una importante e inolvidable escena,  llamada el brindis en el acto I.

Si bien es cierto que el músico disfrutaba de la buena mesa, su prioridad era el trabajo. Durante las jornadas que pasaba junto al piano se olvidaba de comer, haciendo largas jornadas de ayuno, bebiendo grandes cantidades de café. Se afirma que además era un apasionado del tema. Su amiga de la infancia Luisa Mancinelli-Cora decía que “el maestro llegó a consumir dieciséis tazas al día y que a él le gustaba preparárselo”. En aquellos momentos más tranquilos donde no tenía tanto trabajo, le gustaba cocinar, era un experto en el risotto y gran conocedor de los productos de su tierra.

Aún en la vejez, siguió disfrutando de la buena mesa. El 7 de enero de 1901, veinte días antes de su muerte, escribió este menú para que le fuera servido en la habitación del Grand Hotel Milano:

Risotto a la cartujana
Lubina hervida con mayonesa
Buey asado
Chuletas de cordero
Carne a la parmesana
Pavo asado
Ensalada
Postre
Fruta
Helado al ron
Todo regado con tres o cuatro vinos selectos

Para terminar con este provocativo relato, disfrutemos de “EL BRINDIS” de la Traviata, interpretado por Los 3 tenores: Luciano Pavarotti, José Carreras y Plácido Domingo

Bibliografía: Sinfonía gastronómica, Roberto Iovino e Ileana Mattion, Siruela Ediciones